Descripción
Imagina que tienes mosquitos en casa. Como no quieres terminar con picaduras, tomas el espray antimosquitos y rocías todas las habitaciones.
Los mosquitos desaparecerán. Problema solucionado.
Pero ahora imagina que continúas echando espray antimosquitos, aunque ya no haya. Y rocías. Y rocías…
Podrías intoxicarte con tanto espray.
Al final, lo que había comenzado siendo la solución al problema de los mosquitos se convierte en otro problema más grave.
La inflamación es una forma de defensa de nuestro organismo. Cuando sufrimos un trauma, una herida, una infección… el sistema inmune se activa y comienza un increíble y maravilloso proceso destinado a la curación.
Ante esos ataques, nuestro organismo aísla y destruye al agresor, por un lado, y repara el tejido dañado, por otro. Es lo que sucede cuando nos pica un insecto, nos torcemos un tobillo o nos quemamos con el sol.
Es un mecanismo precioso que nos protege.
Pero a veces se nos vuelve en contra. Cuando la inflamación es demasiado intensa o se extiende demasiado en el tiempo, termina dañando nuestras células.
Una infección persistente, una exposición prolongada a agentes tóxicos, una excesiva permeabilidad intestinal… terminan generando una inflamación crónica.
Hoy día, por nuestro entorno, nuestro estilo de vida y nuestra forma de alimentarnos, vivimos inflamados.
Y esa inflamación crónica socava nuestra salud, nuestra resistencia a las enfermedades y nuestra longevidad.
Detrás de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el Hashimoto, de enfermedades neurológicas como el Alzheimer, de alteraciones metabólicas como la diabetes, de enfermedades intestinales como el Crohn… está la inflamación crónica.
Comer bien, hacer ejercicio, descansar adecuadamente y reducir el estrés son claves para no vivir inflamados.
Llevamos una vida intensa, agitada, vivimos con el piloto automático y a menudo nos dejamos llevar por distracciones, gratificaciones y recompensas instantáneas casi para escapar de esa marejada de impactos que nos abruman y nos agotan.
Nos hemos convertido en «drogodependientes emocionales», ávidos de recibir una nueva dosis de dopamina, esa que nos distrae, esa que creemos que nos reconforta.
Y lo cierto es que todo esto no sale gratis: tiene impacto en la capacidad de prestar atención, profundizar, pensar concentrarse, Y sobre todo vivir inflamados.
Te ves en el espejo, ves la inflación que está invadiendo todo tu cuerpo y lo ves normal, y te parecerá normal, pero no es natural, que no es lo mismo que normal.
Lo normal es cuando aceptas algo crónico en tu cuerpo porque te entra pereza ponerle remedio, sabiendo que te está perjudicando en toda tu salud.
Pero tu cuerpo te pide a gritos lo natural, que es estar en un equilibrio de salud.
Así que deja de castigar a tu cuerpo y dale lo natural.
Evita que este en desequilibrio, él te lo va a agradecer por muchos años.
Esta forma de comer saludable siempre lo tendrás a mano cuando te haga falta. Cuando quieras volver a equilibrarlo.
Y te digo una cosa, cuando empieces a alimentarte como viene en el curso y veas los resultados.
Querrás seguir alimentándote de esa manera.
Ay todo tipo de platos y sin necesidad de pasar hambre.
Así que déjate de dietas estúpidas que solo dañan el cuerpo y aliméntate bien, veras los resultados en tu salud.
Aviso importante
Este curso no está concebido para personas con enfermedades que requieren un tratamiento específico o que siguen patrones alimentarios restrictivos (dieta carnívora estricta, vegana u otras limitaciones importantes del abanico nutricional). Todos los productos y contenidos ofrecidos por los tres pilares de la sanación, tienen naturaleza informativa y divulgativa y en ningún caso constituyen un servicio médico ni sustituyen la consulta con un médico especialista u otro profesional de la salud. En caso de duda, no deben ser aplicados sin la supervisión de un médico o profesional sanitario, particularmente en caso de personas con enfermedades, lesiones, limitaciones o anomalías físicas o nutricionales o cualquier otra condición especial. Ninguno de los productos, y contenidos ofrecidos por los tres pilares de la sanación, pueden servir de consejo médico diagnóstico y/o terapéutico de tipo alguno de dolencia o enfermedad.